Por Antonio Martín del Campo
“A largo plazo, habrá muchas más compañías de tecnología de miles de millones de dólares de las que hay hoy en día”.
Aileen Lee
Hace 20 años, las aceleradoras eran una de las novedades del mundo de los negocios. Hoy en día, existen más de 700 en todo el globo; 300 de ellas están ubicadas en nuestro continente y se han convertido, por méritos propios, en actores determinantes del ecosistema emprendedor.
En México, la industria está entrando en su época dorada al regresar a las raíces del modelo: las startups. Y el futuro luce por demás prometedor con un ecosistema en donde por fin se están multiplicando las sinergias entre el capital y las aceleradoras, en donde las aceleradoras se están configurando (al igual que sucede con las nativas de nuestro vecino del norte) con fondos de capital de riesgo propios, lo que les da la posibilidad de invertir en sus propios emprendedores.
Para muestra de ello un botón: Cornershop fue adquirida por Walmart International por 225 millones de dólares, un monto jamás pagado en este país por una startup. Su “salida”, que por más de 15 años estuvo esperando la industria, es el caso de éxito que valida todo un modelo respaldado por fondos de venture capital de México y Chile… es un testimonio del valor creado por un fondo mexicano, fondos líderes internacionales y un equipo excepcional de emprendedores. La transacción consolida a ALLVP como líder de inversión en etapas tempranas para la región y valida el enorme potencial de invertir en startups latinoamericanas.
Ahora, las aceleradoras están viendo luz al final del túnel, pues el ingrediente mágico que hace que el modelo funcione está corriendo por fin dentro de las venas del ecosistema: despachos de consultoría, universidades, bancos y hasta gobierno están ejecutando programas para impulsar empresas en etapas tempranas; están buscando emprendedores que puedan convertir sus proyectos en los siguientes unicornios.
La primera vez que se utilizó el término ‘unicornio’ fue en noviembre de 2013. Aileen Lee, fundadora de Cowboy Ventures, fue quien lo definió en un artículo que escribió para un conocido medio. Los unicornios son las compañías tecnológicas que alcanzan un valor de mil millones de dólares en algún momento de su proceso de levantamiento de capital sin cotizar en bolsa.
Se utiliza tal palabra para calificar a este tipo de empresas, porque al igual que los animales mitológicos, parece una fantasía el poder encontrarlas. Es muy difícil que un proyecto emprendedor llegue a esa valorización, especialmente teniendo en cuenta que solo el 10 por ciento de los negocios alcanzan el éxito y, probablemente, solo uno de cada mil llegue a tener ese gran valor.
De esta realidad se desprenden varias ideas que definieron el concepto de aceleradoras en el mundo y que a continuación describiremos:
- Apoyan a empresas de reciente creación: Nacen para apoyar startups con el potencial de convertirse en emprendimientos de alto impacto, firmas que puedan incrementar su facturación de forma acelerada y permanente.
- Buscan startups innovadoras y emergentes basadas en la tecnología y la innovación: Este elemento es de suma importancia, porque la mayoría de las aceleradoras han evolucionado para atender a startups de sectores específicos y es más que obvio que hay sectores que, por su propio dinamismo, pueden impulsar el crecimiento de los proyectos emprendedores; es por ello que la creencia popular dicta que a mayor tecnología e innovación, mayor potencial de crecimiento.
- Proporcionan un valor más específico a las startups en torno a áreas de experiencia únicas : Según su posición geográfica, las aceleradoras se enfocan en un grupo de industrias. Si bien es cierto que existen las que tienen presencia nacional o incluso internacional, también es cierto que las que son realmente exitosas se cuentan por decenas, no por cientos.
- Aceleradoras como modelos híbridos:Esta es una tendencia que hace que el concepto retorne a sus bases: el capital de riesgo. Las aceleradoras exitosas miden su impacto por tres tipos de indicadores: impacto social, éxito económico de los emprendedores y sus “salidas”, es decir, aquellos emprendimientos que acceden a otras rondas de inversión o que logran salir a bolsa; y, por último, aquellas que se gradúan y pasan al siguiente nivel, ya sea por haber llegado a un nuevo rango en su facturación o por haber logrado un alto nivel de institucionalización.
Sin duda, las aceleradoras se han convertido en un gran instrumento para fomentar el desarrollo de los emprendedores y son una gran palanca de soporte para el desarrollo del ecosistema emprendedor; sin embargo, una de sus grandes asignaturas pendientes es la sustentabilidad. Hoy en día existen muy pocas, sobre todo a nivel nacional, que no dependan de fondos federales para subsistir. Es por ello que su gran asignatura pendiente es la falta de identidad en sus programas, en los cuales no se termina de definir si están financiadas por fondos de capital de riesgo o por tener una participación en el éxito de sus emprendedores.
Seguramente vendrán grandes cambios en su evolución, en el camino a una normalización hacia el mercado. No serán las esquizofrénicas o las que tengan problemas de identidad o personalidades múltiples las que logren superar esta transición; los casos de éxito están llegando y con ello, el reacomodo de la industria. Sin duda, serán pocas las que dicten el futuro del modelo en los próximos años y esta es una buena noticia.
Los éxitos los dictara el mercado, no las revistas de negocios, los eventos de gobierno o las redes sociales. Esta es una mejor noticia: regresaron los “chicos grandes” al ecosistema, es decir, los negocios duros que buscan la innovación y la creación de valor, aquellos en que los protagonistas son los emprendedores y no los organismos de fomento. Las aceleradoras contarán la historia, serán un medio como siempre debieron serlo. Se abre el telón para los superhéroes reales: los emprendedores.
Nota original: https://www.liderempresarial.com/aceleradoras-de-startups-la-industria-en-2019-y-un-vistazo-al-futuro/